miércoles, 23 de julio de 2014

Las CEB deben lograr que el pobre crea en el pobre

Amacueca, Jalisco, 23 de julio de 2014


Animados por iniciar el segundo día de trabajo, los participantes del encuentro, llegaron desde los diferentes barrios que conforman esta comunidad de Amacueca.
La jornada del día comenzó con la presentación del trabajo de las Antenas por Elizabeth Villanueva, del Distrito Federal, quien compartió que "ayer trabajamos nuestro VER compartiendo y analizando nuestra realidad actual de cada región en el ámbito socio-eclesial. En el plenario cada grupo reflejó sus gritos ante los problemas sociales. De igual forma comunicaron algunas alternativa iluminadas por la lectura del Éxodo en que Moisés es enviado para salvar al Pueblo de Dios de la esclavitud de los egipcios. En la exposición de experiencias (FUUNDEC y de estar en el proyecto de medicina alternativa del comité de salud del Cerro del Judío en D.F.) confirmamos que todos nuestros deseos se hacen realidad, aun con sus dificultades, pero con Fe y Esperanza no podemos desfallecer pues cada deseo que influye positivamente en la comunidad, no cabe duda que es de papá Dios para nosotros, un regalo que actúa por medio del Espíritu Santo".

En la oración matutina, los 85 participantes del Encuentro en este núcleo invocaron la presencia del Espíritu Santo para juzgar esta realidad vista. El tema del día inició con una intervención del sacerdote jesuita Miguel Quintanilla, quien exhortó a los miembros del núcleo a dejar la individualidad para ir formando una comunidad, y por tanto "ir construyendo el Pueblo de Dios: poner nuestros talentos al servicio de otras personas".
Además el sacerdote jesuita compartió algunas reflexiones del documento de Rofi "nos dice que nos presenten un amor parcial por los más pobres, una tarea de unos pocos héroes que maquillan el paisaje o bien la dádiva bochornosa de los satisfechos. Tienes que hacer grandes cosas, tienes que repartir muchas despensas, sin darte cuenta que el proceso del Pueblo de Dios implica sentir que el otro es tu hermano, no somos más que nadie, y juntos tenemos que caminar. Se nos presenta también para dispersarnos el mundo del mercado, un mundo poderoso, atractivo" comentó a los asistentes.

El trabajo de esta mañana tuvo la participación especial del sacerdote chileno Pablo Richard y la hermana Josefina De la Torre Borbón quienes compartieron sus experiencias de trabajo.
Pablo Richard inició recordando que cualquier trabajo debe partir de dos interrogantes: ¿Dónde estamos? ¿dónde comenzamos?. "En Aparecida (2007) se dijo algo que a mí me impactó mucho: No basta hacer una opción por los pobres, hay que estar con ellos". Relató su trabajo con los excluidos que están en las calles de Costa Rica, actual país donde reside, el cual según afirmó lo resume en tres palabras "primero punto del proyecto es el estar, llegamos hasta el lugar y nos sentamos en una sillita, en el suelo; nada más procuramos el estar. El segundo es muy importante es tocar, porque la gente que vive en la calle esta sucia, muchos tienen heridas, muchos están enfermos de VIH, tienen piojos, algo muy importante que a mi me cuesta es tocar, abrazar, darle un beso. Y lo tercero escuchar, sentarse ahí a escuchar, ni siquiera preguntar solo escuchar, escuchar, escuchar." compartió.

Además afirmó que después de este proceso que implica los tres puntos cobra vida su lema: cuando el pobre crea en el pobre, "todo lo realizan ellos mismos, ponen una olla con caldo, ponen una carpa cuando llueve, ellos organizan todo, juntan a la gente llegan más de cien, ellos hacen todo. Uno simplemente esta, escucha y toca." reconoció el doctor en Ciencias de la Religión, y Doctor en Estudios Bíblicos por el Instituto Bíblico de Roma y Jerusalén.

La hermana Josefina hablo sobre los signos visibles del Reino, compartió su experiencia de trabajo en el éxodo del pueblo guatemalteco "a mi me tocó por los años 78 y 79 el nacimiento de las CEB en el Cerro del judío, allá con el Padre pepe González, Bernardo Murcio, carlos Cabarrus. De ahí me mandaron a Chiapas y llegando por el año 80, llegaron unos señores de Guatemala y nos dijeron que allá estaban matando a la gente el ejército conocido como caiviles, por ser los más sanguinarios que se comían el cerebro y los testículos de niños pequeños. Llegaron 100 soldados a la comunidad como de 354 habitantes. Les mintieron diciendo que iban a a repartir lo que les mando el gobierno. A las mujeres las rociaron de bala en la ermita. A los niños los los tomaron de los pies y los golpeaban contra el suelo hasta romperles la cabeza. A los jóvenes los enredaron con alambre de púas, les echaron gasolina y los quemaron. Y a los hombres los degollaron con machetes sin filo, para mayor sufrimiento, y luego los rociaron de bala. El que nos platicó esto fue un hombre sobreviviente de esa masacre" narró la hermana tratando de recordar detalles.

"Esta realidad de destrucción provocó el éxodo de las personas de Guatemala encabezados por Don Samuel Ruiz formamos el “Comité Cristiano de Solidaridad” de la diócesis de San Cristobal. En la Zona de los lagos de Montebello el comité compró cuarenta hectáreas para los miles de refugiados que vivían en campamentos el Chiapas, se les dieron para que tuvieran un lugar donde vivir" afirmó.
Concluyó reconociendo que así como existen fuerzas del mal con las que hay que luchar, aparecen fuerzas sobrenaturales del bien que nos acompañan en nuestra lucha.

Texto: Vicente Ramírez Munguía