miércoles, 23 de julio de 2014

LOS GRITOS DE DIOS RECLAMAN JUSTICIA Y DIGNIDAD


Tuxpan, Cd. Guzmán; 22 de julio de 2014]

LOS GRITOS DE DIOS RECLAMAN JUSTICIA Y DIGNIDAD

La jornada de esta mañana  se invirtió en “compartir una mirada a la realidad desde la propia comunidad y región en que se vive”. Reunidos en grupos de trabajo, se identificaron los aspectos de la realidad que más están afectando la vida de las personas, y confrontándolos con el proyecto del Reino, se intentó descubrir “los gritos de Dios” en los dolores y sufrimientos del pueblo; luego se animó a la toma de conciencia de frente a la responsabilidad de actuar de cara a los problemas de los hombres y mujeres hoy. 
Este día dio inicio el trabajo en el Núcleo 5: Tuxpan, Diócesis de Ciudad Guzmán, del XIX Encuentro Nacional de las CEB. En un ambiente de cordialidad, los 93participantes del encuentro se presentaron por regiones. Luego del reconocimiento y del encuentro humano, se asignaron algunas comisiones, buscando la colaboración desde diferentes servicios y momentos del encuentro.
Es una realidad que en la Iglesia la mujer tiene un papel importante. Y en el momento de la oración se reconoció su participación en diferentes espacios eclesiales:“Hoy festejamos a María Magdalena y con ella a todas las mujeres que son fieles al evangelio desde su situación concreta”.
Al echar una mirada a la realidad, se encontró un diagnóstico común, se identificaron síntomas similares que unen a todas las regiones en una situación generalizada de pobreza económica, de desempleos y salarios bajos, de carencia de los servicios médicos, de violencia y violación en los derechos fundamentales de las personas, de corrupción, de control político y económico, de injusticia e impunidad, problemas de alcoholismo y carencia de servicios médicos. Y se señaló que algo que está afectando a todo el país son las “reformas estructurales” y la dependencia que se genera en los apoyos del gobierno…
Pero reconocimos que también estamos unidos en una misma esperanza: “Todos juntos podemos ser fermento de una sociedad nueva”; Dios nos pide actuar desde nuestro aquí y ahora.Nos sentimos llamados a colaborar en la instauración del Reino de Dios en medio de nuestros pueblos. Intentando ver la realidad con el “mirar de Dios”,se  identificaron algunos de los “gritos de Dios”:
“Queremos paz con justicia y dignidad”, “Alto a la Pobreza económica”, “Exigimos trabajos con salarios bien pagados”, “Respeto a los Derechos humanos, individuales y colectivos”, “No al imperialismo en todas sus formas”, “Alto a la violencia y al crimen organizado”, “Hagamos reformas que se cumplan a favor de los pobres”,  “Alto a la destrucción ambiental: Cuidemos la naturaleza”, “No a la violencia,corrupción e inseguridad”, “Más amor y respeto a la vida en todas sus manifestaciones”.

El Padre Francisco Ibarra, iluminador de nuestro núcleo, ubicólos gritos que reconocieron los participantes en el contexto nacional en cuanto a la situación política y económica, y señaló:
“Las Comunidades Eclesiales de Base se caracterizan por una sensibilidad muy fuerte de frente al dolor y  el sufrimiento de cada hermano”.  Nos animamos con el método VER, PENSAR, ACTUAR… pero ojo: no sólo queremos ver la realidad para ser conscientes de lo que está pasando, sino para verla desde Dios, y desde Él, también transformarla. Como dice Carlos Mesters, la Realidad, es además, la primera Palabra de Dios.  Si deveras tomamos en serio la realidad y el juicio que Dios hace de ella, estaríamos haciendo realmente la voluntad de Dios.
El Concilio Vaticano II, señala que la separación entre fe y vida, es el mayor de los problemas de la iglesia hoy.  Por tanto, es urgente impulsar la Pastoral Social en nuestras diócesis, para despertar la capacidad de actuar en la transformación de la sociedad hoy. El Vaticano II, en GS 4 dice: “Para que la Iglesia cumpla su misión en el mundo, es su deber permanente, escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que pueda responder a los diferentes interrogantes de la vida presente y de la vida futura. Es necesario conocer y comprender el mundo en que vivimos…”
Se dejó oír la voz de los participantes diciendo: “Ya basta de que por el miedo dejemos de actuar” “venzamos nuestra indiferencia y abandonemos el temor a comprometernos”. Tal vez en un actuar individual, el miedo tiene sentido, pero unidos, organizados: todos aquellos quienes queremos transformar la realidad para revestirla del Reino de Dios, lo podemos hacer.